
Ha pasado ya un tiempo desde aquel día, a veces el dolor carcome mi corazón y las lágrimas son imposibles de retener, pero ya las cosas han mejorado y el dolor que creí que no se iría jamás se ha amainado... No del todo, pero ya al menos me siento en paz, sobre todo he aprendido a ver las cosas de otra manera, e inclusive me he tragado la "envidia sana" que le tenía a ella y a su embarazo (a pesar que me molesta con profundidad que sea tan halaraca).
Por otro lado, aún guardo los recuerdos de los síntomas para poder detectarlo con anterioridad si algún día me vuelve a ocurrir... y la ilusión me mantiene viva pensando en que aún me queda vida para volver a vivirlo, pero la desesperación que me embarga porque sea pronto no puedo evitarlo....
Aún así, mi vida ha cambiado, no sé si para bien o para mal, pero ha cambiado y espero que pronto la vida me vuelva a llenar con ese regalo tan preciado que fue un hijo.
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